Ah, quieren chismes?? o Zipolite's nights...

Pues gracias a su retroalimentación me entero que el chisme es lo que vende. Comenzaré contándoles uno en el cual un protagonista es justamente quien hace la petición: mi querido amigo Hectorín. Como algunos saben, Hrín y yo nos acabamos de ir de vacaciones 10 días a la hermosa playa de Zipolite. Todo muy cool, pero les contaré en especial una noche loca...

El inicio de una noche loca o Gringo viejo (y solitario)
Todo comenzó cuando nos preparamos para ir al cumpleaños de Erick, un amigo del Panzón que trabaja en un hotel de allá. Todos cuquis caminando por la playa cuando ¡oh triste destino! Por qué no, nos encontramos a Brian, un gringo medio insoportable (que aquí entre nos parece que quería con Hrín a pesar de tener a su marido cincuentón) con unos red lips tatuados en su trasero (ah! porque otra noche hasta nos lo enseño, iuugh) que nos había invitado a una fiesta en su penthouse esa noche (en la cual al parecer éramos los únicos invitados) y pues nos hizo confirmarle nuestra asistencia.
Fiesta, medio aburrida de no ser porque nosotros estábamos allí para alegrarla, y después nos fuimos a La Puesta, la ÚNICA disco (sí, disco, porque ni a antro llega) del lugar. Obvio de la fiesta del gringo ya ni hablamos.

Tea-quila with the Mad Hatter o Clase de eructos en Wonderland
Le digo al Chiquis "wey, vamos al cuarto por cigarros y tomarnos unos tequilawers para ambientarnos". Llegamos, yo no podía tomar rápido el tequila con squirt y Hrín (que en las vacaciones le dio por sacar su lado buga) intentó darme un curso intensivo de eructos. SÍ, ASÍ COMO LO LEEN, DE E-RUC-TOS. Mientras yo intentaba no vomitar al tratar de eructar, Hrín perfeccionó su técnica a tal grado que fue capaz de eructar al mismo tiempo que le jalaba el dedo. Surreal. Me sentía como la educada Alicia con el Sombrerero Loco atacado de risa. Regresamos al lugar con eructos como sonido ambiental.

Britney, ¿dónde estás? o El poder del culo
En la disco todo muy bien, yo en gran plática con Javier, un pelón cuarentón del gremio que me contó su vida amorosa y Magdiel, un guapo buga mientras H ya bastante happy en gran plática con la gringa más aburrida del mundo referente a las relaciones políticas y comerciales México-EEUU-Canadá (quién habla de esos temas en la PLA-YA???) cuando --ya regando el tepache--, Hrín empezó a extrañar a Britney Spears y a hacer el paso hamster por todo el lugar. Después de nuestro intento por gozar de los ritmos tropicales con unas ¿bellezas? nativas (nosotros sacando viejas a bailar??) que no daban una en cuestión de ritmo, pues no faltó el ya tácito "Báilame friend, seremos la sensación del antro", es decir, fuimos la sensación de la pista. Lo chistoso era que al empezar cada pieza movidona el Chiquis aventaba sus chanclas al azar y después de cada bailongo se la pasaba buscándolas por todos lados.
Ya Hrín más pedales pues ya no se preocupaba por el qué dirán y ahi lo tienen haciendo bailes sensuales a Erick, el cual por cierto casi lo madrea cuando Hrín en su peda le dió un cachetadón jajajaja de no ser por Magdiel que le agarró el brazo. Picado Hrín del desaire hecho a su afamado trasero procedió a gritar en medio del lugar (dijo muchas cosas jajaja pero mejor no repetiré dichas procacidades aquí) VEEAN EL PODEER DE MI CUULOOOOOOOOO!!!!! Y madres! Imaginen una mesa de Corona moviéndose al ritmo de la cama del exorcista con cascos de chelas volando y un enorme culo violento como causa de su zangoloteo. Todos reían. Yo hubiera debido. Desafortunadamente no podía sino pensar, hipnotizado ante la escena: "Ay Dios mío, este es mi amigo..."

Regreso a Roca Blanca o ¿Quieres que te exprima, friend?
Después de más chupe, baile y plática, emprendimos la retirada, la cual fue haciendo eses por la única calle empedrada de Zipolite. Yo sólo alcancé a acomodar a Hrín ante la diosa blanca de porcelana, lavarme los dientes, oír el agua corriendo de la regadera y a decir somnoliento desde mi cama: "Quieres que te exprima, friend?". Entre sueños, oía arcadas sonoras que debían oírse por todo el hotel (llamado Roca Blanca). Mi mente decía: "levántate a ayudarlo". ¿Mi cuerpo? No obedeció...

Dedicado a uno de mis mejores amigos, con el cual he pasado momentos inolvidables. Te quiero friend.