lunes, noviembre 27, 2006

CRÓNICA DE LA BODA DE MALE Y MARCEL o DE QUÉ MALETA SOY PARA EMPACAR o DEL CASO EXTREMO EN QUE COMPROBÉ QUE LA ACTITUD LO ES TODO

Ay amigos, amigos... ni cómo ayudarme, creo que hice la peor maleta del mundo!!! Pero recapitulemos el fin de semana... A las 7.00 AM suena el despertador y yo sentí una cosa fea en la panza. Lo menos que quería en el mundo era levantarme. Pero lo logré! Y si le dije al Panzón que pasaba por él a las 8, creo que pasar por el a las 8.30 estuvo dentro de mis récords de puntualidad sabatina. Según yo, llevaba TO-DO. NA-DA me podía faltar porque TO-DO lo llevaba. Llegamos al hotel, el cual by the way recomiendo ampliamente. Se llama La Casa Mediterránea[http://www.lacasamediterranea.com/] y es una especie de B&B administrado por una familia un poco alterna. Desde el teléfono la hija y la mamá me cayeron perfecto y cuando abrieron la puerta lo primero que escuché fue "¿Alejandro? ¿Eres tú? Pasen por favor..." Qué tal, eh? Así o más personalizada la atención?


Si bien ya hemos pasado en múltiples ocasiones por la situación de reservar una sola cama y llegar los dos, siempre queda la duda de cómo te recibirán. Aunque nunca hemos tenido ningún problema, a veces hay alguna ceja levantada, un pequeñísimo silencio de desconcierto o de plano una sincera confusión. En este caso, yo había confirmado por mail (o sea por es-cri-to) "una cama king size está bien" ante la pregunta de si quería un cuarto con dos camas individuales o una sola cama king size. Au contraire, creo que nunca habíamos sido recibidos con tanta naturalidad.


La habitación bastante cozy, no diré que era el epítome del refinamiento pero estaba bonita, hagan de cuenta que era la guest room de una casa particular y de hecho así te sientes por cómo te tratan. Me encantó el hecho de que tuviera 2 clósets enooormes [sentí mi maletita diminuta]. Saludamos a la mamá, quien estaba dando los últimos detalles a la habitación y después conocimos al otro hijo [o yerno?] quien súper amable nos ayudó a bajar nuestras exiguas y poco pesadas maletas y a meter el coche al garage [by the way, chisme local: fue el remojón en carretera de Reddie!!! El dueño acepta felicitaciones...] Todos súper lindos y cálidos.

Bueno pues después de llegar y acomodarnos [para mí eso significa acomodar mis potingues en el baño y colgar algo --de preferencia, TODO-- en el clóset], nos dispusimos a arreglarnos para la boda que era a las 12.30. Mientras el Panzón se bañaba [ahhhh por ciertoooo!!!!! esa es creo la única falla que tiene el hotelín y no es cualquier cosa: la regaderita es una de esas ecológicas donde salen unos mini-chorritos de lástima y más parece que estás debajo de un atomizador que de una regadera. Dificilísimo bañarse/enjuagarse.


El Panzón mentaba madres y fue tanta su desesperación que optó por mejor quitar la regadera y dejar el tubo pelón, pero aún así el chorrito era bastante exiguo...], yo descubrí con verdadero horror que las 4 o 5 guayaberas [cuántas eran?] y la camisa extra de lino [por si acaso], que con tanto afán y profesionalismo habían sido reunidas y envueltas en plástico, se habian quedado en México, Distrito Federal. NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! Lo peor era que no sólo había olvidado mi outfit para la boda, sino que también me había comprometido a prestarle una guayabera al Panzón. "Breathe", me dije, buscando --desesperadamente-- el punto zen. Me imaginé perfecto comprando algo de manta en el tianguisito enfrente del Palacio de Cortés...

Para cuando salió el Panzón del baño [él por cierto tomó el asunto con mucha actitud zen] yo ya tenía el plan B: pantalón de lino crudo y camisita negra de manga corta [de antro, porque como saben, yo llevaba TO-DO]. Dadas las circunstancias, decidimos que no se veía tan mal, sobre todo porque el plan C [si es que llegaba a plan] consistía en asistir a la boda con una playerita blanca [con logo de los MTV Music Awards del año pasado]. Pues ya ni pédo, así, con acento, me dije con mucha actitud pseudo-budista, hasta que descubrí que los DOS pares de zapatos que metí eran cafés. O sea ni al caso, ya estaba hecho a la idea de verme naquísimo de negro pero, ¿mal combinado? jamás! Otra vez me ví en el tianguisito...


Mientras me bañaba, [bueno en realidad fue remojón porque bañarse bien estaba medio tardado], el Panzón se puso las pilas y cuando salí ya tenía ante mis ojos el plan D: afortunadamente hace tiempo le había prestado una camisa y la había llevado para devolvérmela. No diré que me veía perfecto, pero me veía bien y mucho, mucho mejor que de lino con negro. Respiré. Por su parte, el Panzón se puso una camisita blanca de manga corta con un bordado en blanco. Super bien! La habíamos librado!!!


El jardín Cerritos quedaba súper cerca así que felices de la vida y muy puntuales llegamos allí. Mientras dejábamos el coche el Panzón me hizo notar que los boletos decían "Etiqueta". Equissss le dije, Pornie me aseguró que de guayabera estaba bien y ella había consultado con la mismísima novia. Por tercera ocasión en el día sentí bastante feo en el estómago al llegar al lugar de la ceremonia y descubrir que TODOS IBAN DE TRAJE... Qué stresssss!!!! Fue una de esas ocasiones en las cuales uno entiende el verdadero significado de los comerciales de Sony: 100% Actitud. La actitud lo es todo amigos, creo que nunca me había pasado sentirme tan incómodo con lo que llevo puesto.


Y no sólo eso: además, sentir el peso en el corazón de la inmensa culpa de arrastrar a otra persona a esa incómoda y vergonzosa situación. Mientras yo reconstruía y reinventaba mi maltrecha autoestima a base de pura actitud, mi queridísima [y un poco rencorosa] amiga Malena, en vez de darme el apoyo moral que tanto necesitaba, se dedicó a recordarme que era mi karma por haberla nominado como "Dama Negrito en el Arroz" en la reseña de la boda de Pau [by the way, quien quiera recordar esa memorable ocasión o se lo haya perdido --hay fotos--, please click here...]


La novia se veía preciosa y causó gran impresión al desfilar hacia el altar con un velo padrísimo que la hacía ver como muñeca, a la vez que medio retro, súper chic. Palomita al maquillaje también. Las damas en tono dorado, todas muy guapas. Como ya es tradición en las bodas de este año, a una de ellas le entregaron el vestido ese mismo día.


Ya en el cocktail, como que ya me sentí cero incómodo, sobre todo porque ya estaba en gran plática [con una de mis adoradas Corona en la mano] con Gonzalo --galán de Malena recién llegado de España--, y porque ya no nos sentíamos tan raros porque llegaron también en etiqueta "formal tropical" Dani y Jaime [Pornie les aseguró que lo de etiqueta era como de chocolate y la frase que los acabó de convencer fue "El Friend va a ir de guayabera"]. A eso súmenle al grupo Malena, Pornie, la galana de Jaime y demás circulantes y todo estaba bien. Además Gonzalo ya me había dicho que si quería, ibamos a su hotel por otro saco, pero la verdad ya no era necesario.


Hacer el recuento de la noche sería extensísimo pero a continuación, los highlights:
  • Para empezar, la noche estuvo muy divertida. No fue tanto de bailar y bailar [que también hubo bailongo por supuesto] sino de conversar, chupar y netear a gusto.
  • La mesa más animada: la nuestra. Mesa 9 o también conocida como "la mesa de los amigos de las amigas de la novia" o "los que no vinieron de traje". Finalmente, la mesa 16 o "la de las damas", terminó integrándose para mayor deleite de todos.
  • Male guapísima y feliz. Marcel, también muy guapo y muy feliz. Los dos juntos, radiantes.
  • La comida muy rica. As usual, yo me comí tres postres diferentes. El mejor? El souffle tibio de chocolate.
  • Después de los tradicionales tequila shots de rigor que empezaron atrás del escenario y continuaron en la mesa, de buen ambiente pasamos a excelente ambiente.
  • El mesero nos trataba como reinitos. Como todo mundo ya ni me preguntaba y pedía por mí, a mí me servía varias cosas a la vez: vino blanco, me traía mi agua mineral y al final me ponía una cerveza, todo junto. Conforme avanzó la noche, las "palomas" sustituyeron al vino pero mi mesero ya nunca me dejó sin nada que tomar: siempre tenía 3 opciones a escoger.
  • Gonzalo, eres un sol. Es raro que alguien que acabes de conocer te caiga tan bien y que el sentimiento sea mutuo. Neteada rica, plática sabrosa, confesiones y terapeadas, todo en una noche. El Panzón y yo somos fantz y, of course, y aunque nadie nos lo pida ni lo necesite, te damos el visto bueno para nuestra amiga --la cual, recordemos, desde aquel lejano trajinerazo se consagró públicamente como diosa, con todo y que hasta en esa ocasión le bajaron [¿quién habrá sido?] al galán quebequense. No cualquiera merece alcanzar la divinidad. Los queremos a los dos, diosa y mortal.
  • Edgar y Ángel, más cuquis y menos valientes que el que escribe, de plano se regresaron al hotel a corregir el outfit por medio de un saquito salvador.
  • Que Pornie y yo nos consagramos, nuevamente y como ya es costumbre, como reyes de la pista in.dis.cu.ti.bles. Te adoro amiga y te quiero de dance partner para toda la vida.
  • La pancita de Jessica y lo bien que se ven juntos ella y Fernando. Me adelantó si era niño o niña pero la verdad es que me lo dijo en la peda y ya no me acuerdo!!! Así que se quedarán con la duda…
  • Las boobs de Grisell son un acontecimiento donde quiera que se presenten y esta vez no fue la excepción [y eso que iban más recatadas que en la boda de Jessica]. Yo por supuesto, tengo foto con ellas [y con Grisell también].
  • Lo simpáticos que son Daniel y Jaime.
  • Lo buena onda que son Ediam [espero que se escriba así] y Diego. Pareja que irradia buena vibra.
  • Se notó que el Panzón consumió bastante alcohol porque se le vió muy platicador y bailador.
  • La doble desgracia de la noche: las cámaras de Molen y Edgar desaparecieron. La de Molen contenía fotos invaluables e irrepetibles. De la cagotiza, la cateada y la llorada mejor ni hablamos...
  • Los celulares de Edgar y el mío también desaparecieron pero ya aparecieron: el mío en la bolsa de Pornie [juro que yo no lo puse allí, todo es muy extraño] y el de Edgar lo tenía Daniel.



En fin, de la boda nos fuimos más o menos tempra, tipo 10.30-11.00 pero bastante alegres. Con nosotros se fueron Male y Gonzalo e, intentando llegar a su hotel, dimos vueltas y vueltas por todo Cuerna. Más abrazos, besos y apapachos de despedida.

Cuando llegamos a nuestro hotel, nuestra anfitriona súper linda salió a recibirnos y abrirnos el zaguán así como para confirmar a qué hora queríamos el desayuno. Y el desayuno!!! Wow! Como imaginarán al siguiente día nos sentíamos de la chingada y bastante crudos. Primero, juguito de naranja. Luego llegó una bandejita con pan dulce y bolillitos tostados, mantequilla, mermelada y café. Después, una bandeja llena de enfrijoladas rellenas de chorizo picosito, de-li-cio-sas. La mamá era la chef y por supuesto salió a recibir nuestras felicitaciones. Una linda y yo la adoré.

Ya al salir del hotel sólo nos faltó abrazarnos todos en bolita de amor™(*)pero el Panzón juró que regresaríamos[a pesar de la regadera]. El regreso a México [Panzón driving] fue horrible para mí: me sentía de la cola. ¿Y las fotos?
Aquí están.

(*) Los derechos de autor los posee Mary.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No conozco a nadie pero que buena fiesta. Buen blog.