Es que yo no lo podía creer. Cuando Liz me dijo por teléfono: "No en serio, ustedes sólo lleven el vino, yo los voy a consentir", lo único que pude articular fue un ataque de risa nerviosa de tres minutos de duración. Mi amiga, a la cual hasta el agua se le quema, ¿se encargaría de toda la cena navideña? Ay chicos, vivir para ver, ver para creer y cómo han pasado los años como diría la Durcal, porque díganme si esos no son signos de madurez, o en palabras de mi propia amiga "Dios mío, HE ENRUQUECIDO!!!!". En fin, yo muy preocupado porque no faltara nada ya había organizado el plan B con el Panzón: "Amor, hay que llevar un postre contundente por si acaso", y más había tardado yo en decírselo, que el otro en encarnarse en repostero. Sin embargo, me enteré que el postre ya estaba a cargo de esa linda cubana llamada Yeimi. "Muy bien, sólo llevaremos vino..." dije sin mucha convicción.
La reseña detallada, con todo y fotos, de esta inusual y nunca antes vista velada, corre a cargo de la ahora-yo-hago-todo-y-quítense-que-ahí-les-voy-anfitriona. ¿En dónde? ---> [AQUÍ].
1 comentario:
jajajajaja ay friend!!! puedes creerlo =O bueno acá entre nos, ni yo me la creo!!!
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