jueves, noviembre 30, 2006

DE LA BOILERIZACIÓN DE LA GRASA CORPORAL O DE POR QUÉ YA NO TENGO PANTALONES

Los seguidores de este blog sabrán de mi trauma por haber subido de peso debido a dejar de fumar en mayo [8 de mayo, fecha histórica]. Pues les cuento que la grasa, de haber formado unas antiestéticas lonjitas que mis amigos no se cansaban de comentar, toquetear, comparar con las suyas propias y admirarse [ya sabía: después de decir "hola!", comentaban mis lonjas], pasó por un aparente proceso de boilerización. Esto es, como que ya se repartió maomeno uniformemente y ya no se concentra en michelines, como dirían los españoles. Ahora tengo más cuerpito de boiler...


Lo que sí es que ya no me quejo, porque la gente ahora me pregunta que si he estado yendo al gym [ja! no voy desde principios de noviembre] y que me veo mejor en gral. Además, no diré que tengo vientre plano, pero como que ya bajó la panza. En la mañana me veo al espejo y me gusto. Todo eso me lleva a la siguientes cuestiones: ¿es que estaba demasiado flaco? y, ¿ahora qué soy? ¿sigo siendo "un flaco"? ¿o ya simplemente estoy "delgado"? ¿en qué categoría estoy?


Pues no sé, lo que sí sé es que me costó mucho trabajo aceptar que YA NO SOY TALLA 30!!! Me tardé en aceptarlo porque juraba que era algo temporal y que con dieta y ejercicio volvería a mi talla de toda la vida. Hasta que un día lo acepté serenamente y me deshice de medio clóset. Unos 12 pantalones se fueron para no volver. Ok no fue tan grave ni tan duro. Lo grave es ahora mi anormal resistencia a comprarme pantalones de mi nueva talla.


Cuando tiré los pantalones pensé que cualquier pedo relacionado ya estaba superado. Pero no! Y es que nomás no puedo! Chequen mi nivel de negación. En mi clóset cuento 4 jeans, de los cuáles sólo me quedan bien 2. Los otros 2 me quedan, aunque ajustados. Y de los 3 pantalones de vestir que dejé, sólo 2 me entran sin que sienta que se me rebana la lonja y me falte un poco el aire. Aún en esta crítica situación que depende de una complicada logística en la cual tengo que organizarme con Lidia mi muchacha y con las entregas de tintorería para tener algo que ponerme [en caso de emergencia siempre puedo recurrir al clóset de mi hermano], no he ido a comprarme un pantalón nuevo. Todo mi ser se resiste.


Lo planeo: "hoy paso a Perisur y me compro aunque sea un pantalón". Siempre pasa algo y no voy. Lo medito: decido que es una tontería, pero aún así no voy. Trato de engañar a mi mente: "ya sé, voy a comprar otra cosa y ya allí me obligo a ir a comprarme un pantalón". No, no, no.


¿Cómo se le dice al ego: "WEEY, YA SUPÉRALO"? Ok, ok, flaquito, estoy de acuerdo que es el final de una era, pero yaaaa, no? Overcome it... Se aceptan sugerencias... :-(

2 comentarios:

Dlx dijo...

Un día cierto cónsul de Las Vegas me dijo:

"Donde hay carne, hay fiesta"

Creo que ahí reside el secreto.

Si hay más cuerpo, sólo hay que acostumbrarse a que hay pa más disfrute.

Usté disfrute!
y cómprese ropita nueva. Qué mejor pretexto para perderse en el shopping!!!!

Saludos

Friend dijo...

Jajajajaja ay friend eres el hit. Me has subido el ánimo justo en el momento indicado. Besos.