DEL CINE Y MI MAMÁ

- La otra vez vi en el canal 9 una película mexicana que me gustó mucho... Creo que se llamaba El Bruto.

- Ah sí, muy buena película, con Pedro Armendáriz y Katy Jurado.

- Sí, con ellos. Pero estaba muy rara, cómo te diré? El ambiente, los escenarios, las tomas...

- ¿Como si la hubiera dirigido Luis Buñuel? Como Los olvidados, no?

- Ándale, sí, exacto, me recordó a Los olvidados. ¿La dirigió Buñuel?

- Sí, creo que fue él, o si no, fue Fernando Soler, hermano justamente de Andrés Soler, el señor que hace de dueño de la carnicería. Por cierto, como viste a Katy Jurado? Actúa bien allí, no?

- Sí, me gustó su personaje. Súper pasional... Yo no recuerdo haberla visto tan joven en una película.

- Pues fue por esa época que comenzó a hacer papeles importantes en Hollywood. ¿Te acuerdas que la otra vez estabas viendo el documental de Grace Kelly? Pues creo que fue justo en ese mismo año donde actuó en una película junto con ella. No me acuerdo como se llamaba...

Lo que no le dije a mi mamá fue lo sexy que me pareció Pedro Armendáriz en ese papel perfecto de fantasía proletaria™ pero me sorprendió que mi mamá supiera tanto de una película de la que en mi vida había oído hablar, así como también me sigue sorprendiendo que siempre tenga en la mente todas las críticas de las nuevas películas publicadas en el periódico y la radio y su excelente memoria para recordar tramas de películas que vio hace varios años, mientras que yo ya no recuerdo el nombre del director de Lord of the Rings, a pesar de haber visto cada parte de la trilogía varias veces junto con sus extra features...

Me encanta hablar de cine con mi madre. No vayan a creer ustedes que con esto me refiero a conversaciones eruditas sobre fotografía, iluminación, guiones y demás cosas técnicas. Hablamos de actores y actuaciones, historias y los sentimientos que nos provocaron. Si le preguntaran si sabe de cine, seguramente Antonieta los miraría con extrañeza, más bien les diría que le gusta. Y sin embargo, donde sí es experta y puede darme doctrina de directores, lugar donde se filmó, el nombre de las actrices [junto con la historia de su vida] y sabrosas anécdotas relacionadas, es del cine ahora sí que de su época, el cine de antaño. Me encanta ver con ella estos canales donde pasan películas viejas [TCM, De Película y Golden, a veces] y escuchar sus carcajadas, comentar los outfits ["ay mira, yo tenía un vestido igualito, nada más con otro broche"] y peinados ["con esos peinados, se nos caía muchísimo el pelo cuando nos lo deshacíamos"] de las actrices, escuchar sus comentarios sobre de quien fueron novias o esposas, de si fueron alcohólicas o se tiraron a la drogadicción y en qué película actuó mejor en su opinión.

¿Cuántas veces vi junto con ella Singing in the Rain? Infinidad de veces y siempre en sábado, me parece. Recuerdo nuestros hipos y berridos viendo Algo para recordar [con ese final tan emotivo], En un lugar del corazón [cuántas desgracias le ocurren a la misma y pobre mujer], El Imperio del Sol [cuando por fin el chavito se encuentra con sus padres], Nosotros los pobres [of course] y El color púrpura [con esta es con la que más berreamos], entre tantas otras. Pero también recuerdo nuestras carcajadas con Hello, Dolly!, Una historia de Navidad, Los 3 chiflados o Tintán y Capulina.

Los domingos en la mañana, al desayuno, Antonieta hace gala de sus dotes de buena narradora y por lo general nos cuenta la película por la cual se desveló la noche anterior. Ella cuenta que, de chica, sus hermanas y primos siempre le pedían que les contara la última película que había visto, lo cual --confiesa-- también la motivaba para ponerle de su cosecha al relato ["y ahí los tenía a todos de babosos"]. También cuenta que una de las cosas que más disfrutaba de niña, era ir a ver una película. Ya de adolescente y jovenzuela, casi siempre iba al cine con su abuelita --otra cinéfila, aunque con una preferencia más tirada al melodrama--, a la cual le gustaba ver cada película una y otra vez. "¿Cuántas veces habré visto El último cuplé, de Sarita Montiel, la película favorita de mi abuelita?", recuerda medio exasperada.

Sus géneros favoritos son las películas musicales donde hay baile [o sea Fred Astaire y Ginger Rogers, no piensen en Chayanne ni en J-lo], los thrillers de suspenso o misterio y las películas históricas, especialmente todas las que tengan que ver con la guerra o los judíos, como que siento que la conmueven mucho. Aunque también pienso que en estas últimas preferencias existe la influencia de cierto morbo malsano insatisfecho™, pues no se pierde ningún capítulo de CSI en todas sus derivaciones geográficas, junto con Law & Order. También es fan de todas las películas de Joaquín Pardavé y odia absolutamente las de Clavillazo. Adora a Fred Astaire y cree que Pedro Infante está sobrevaluado y sus películas promovían el machismo y el alcoholismo.

También le gusta el cine italiano y gracias a ella he sabido de Fellini, su creativa relación con su esposa y sus películas. Con ella también vi por primera vez Ladrón de bicicletas y las películas de Sophia Loren. El cine francés casi siempre "la escandaliza" porque por lo general hay algún adulterio y el español le divierte mucho, tanto en su versión ñoñis de la época franquista como el actual con sus historias de travestis, prostitutas y cambios de sexo.

Para nuestra familia, algo muy importante fue cuando el cine "se modernizó" y en vez de entrar a un cine oscuro y con el piso medio pegajoso, podías entrar a salas tipo estadio. En esa época, mí mamá organizaba los "sábados de cine" e invitaba a toda la familia [tías, tíos y primas]. Esos días nos levantábamos temprano, desayunábamos y nos ibamos a la primera función de las 11 am [primero en Cinemark CNA y después fue en Cinemark Coapa] y veíamos por lo menos dos, y a veces hasta tres películas seguidas. Algunas veces "los grandes" entraban a ver una película y los primos otra y nos encontrábamos a la salida. Había días que salíamos de allí ya cuando anochecía y ni siquiera comíamos, porque ya estábamos empachados de palomitas, nachos, refrescos, chocolates y helados.

Cada que voy al cine, lo primero que me pregunta es "¿qué película viste?" y acto seguido le doy una sinopsis, como me pareció y si me gustó. Si después la ve ella, comparamos puntos de vista. Cuando quiero ver una película, y sé que ella ya la vio, siempre le pregunto su opinión. Los críticos, mi familia y conocidos pueden decir que una película es maravillosa [o viceversa], pero la experiencia me ha enseñado a confiar más en mi crítica favorita. Y casi siempre coincido con ella.